Los argentinos somos demasiado frenéticos como para corregir errores, demasiado impacientes como para empezar de cero, demasiado egoístas como para pensar que tal vez
Los argentinos somos demasiado frenéticos como para corregir errores, demasiado impacientes como para empezar de cero, demasiado egoístas como para pensar que tal vez